mercredi 25 août 2010

El umbral

En la melancolía de la fría noche,
al igual que brisa cautelosa,
Ella, apareció sin avisar.

Forja de un naciente umbral,
adalid de un universo nuevo,
mi ánimo extasiado
hizo un guiño a su sospecha;
- Era Ella.

Coronada con las armas
de un Apolo ahora lejano,
exultante, desfilé hacia su abrazo.

Creación de un vínculo sublime,
rítmica cadencia entre mi voz y tu oído,
asamblea de delicias olfativas,
de caricias emuladas,
de vivencias elegidas.

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